La importancia de los tres primeros años

Ser consciente de cómo los tres primeros años de vida quedan impregnados en nuestras células y en nuestra Mneme, nuestra memoria inconsciente, formando los cimientos de la persona adulta. En esta etapa se desarrolla la personalidad e individualidad del ser humano por lo que debemos salvaguardar la libertad del niño.

Debido a que vivimos en un mundo supranatural, creado por el adulto y para él, es por lo que debemos adaptar el ambiente al niño para que pueda de forma autónoma e independiente autoconstruirse, desarrollar su personalidad. Por ello María Montessori decía que debemos preparar el ambiente poniendo muebles a la altura del niño, materiales a su tamaño. Estos objetos acordes a las necesidades del niño se crean debido a la supranaturaleza del medio artificial creado por el adulto, Si estuviéramos en la naturaleza, sin estar encerrados en espacios creados para adultos, la naturaleza misma proporcionaría el material necesario para el desarrollo del niño.

Entender que el niño es un ser humano trabajando en su autoconstrucción, en el camino a la autonomía. María Montessori decía: «El niño nos enseñó el principio básico de toda educación y lo expresó con la siguiente frase «¡Enséñame a hacer las cosas solo!» Cuando los adultos le quieren imponer sus propias actividades, el niño no se deja ayudar. El adulto tiene que colaborar con el niño para que este haga las cosas por si mismo, pues el niño no alcanzará la plena madurez intelectual o moral en tanto siga esperando que siempre le den una mano y no logre una independencia total.» 

Saber cuáles son las crisis evolutivas en esta etapa y así poder entender el comportamiento, conociendo cuales son sus necesidades y cómo satisfacerlas. Cómo prepararnos y cómo preparar el hogar para que el niño continue en su autoconstrucción. Cuando el acompañamiento y la colaboración se hace desde el conocimiento se evitan los obstáculos, siendo en ocasiones el adulto el mayor obstáculo. Aprender a dirigirnos a los niños ya que «el niño posee vastas habilidades y una inteligencia insospechada» María Montessori.

En estos tres primeros años se forma lo que Silvana Montanaro llamaba «dos piernas psicológicas». Mientras en estos tres años se van desarrollando dos piernas físicas; desde que es un embrión se van formando sus piernas físicas y en estos tres años se van desarrollando hasta llegar a un movimiento voluntario y controlado de ellas. También se forman sus dos piernas psicológicas: una es la confianza en sí mismo y otra la confianza en el entorno. «Si son fuertes, uno puede sobrevivir a cualquier conmoción, porque los soportes de la personalidad son sólidos.» Silvana Montanaro.

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