L@s herman@s

A veces los padres, con la intención de que los hermanos se quieran; intervienen, adoctrinan, manipulan influyendo en la relación entre ellos. Siempre con la mejor intención pero no de la mejor manera ni con las herramientas apropiadas. No podemos decirle a alguien “Tienes que querer a ———“ Sabemos que el amor nace, aflora sólo tras una relación, experiencias vividas juntos, convivencia…entonces aparece el cariño y en ocasiones el amor. Quiero dejar claro que los hermanos NO tienen que quererse. Se tienen que respetar, como todos los miembros de la familia por igual, por el bien de la convivencia familiar. Hay maneras de fomentar la relación positiva entre los hermanos, que se cree un vínculo entre ellos, y una de ellas es no diciendo lo que tienen que sentir ni lo que tienen que hacer mas que para dejar claro normas de convivencia y respeto. El cariño, el vínculo, la conexión entre ellos nacerá de su relación, de su convivencia y experiencias vividas.

Como padres nos toca aceptar que no es algo que podamos elegir nosotros, que no tienen porqué llevarse bien ni quererse, por supuesto sí respetarse. Son personas diferentes, personalidades distintas con gustos e intereses diferentes.

Dependiendo de cómo lo hagamos influenciaremos de una forma u otra.

Estoy convencida de que si dejamos el transcurso natural de su relación; sin forzar, sin obligar, sin poner intenciones en sus actos, sin manipular, siendo meros espectadores, sólo interviniendo en los momentos que necesiten acompañamiento, crearán su vínculo, su conexión, y florecerá el amor. Aunque siempre abiertos y aceptando que puede no ser. Mejor no tener expectativas y disfrutar la experiencia.

En todas las relaciones ya sean de pareja, de amistad, familiar hay momentos de alegría, diversión, enfado, discusión… Cuanto más tiempo juntos más situaciones, más emociones diversas y opuestas, más experiencias. Debemos tener esto en cuenta cuando, entre nuestros hijos, surgen las diferentes situaciones sin dramatizar, sin poner más carga, aceptando y acompañando desde el amor, la comprensión y recordando los límites y el respeto. Algo de conflicto entre hermanos es normal y saludable, puede enseñar valiosas habilidades de vida: cooperación, aprender habilidades de conflicto (resolución de problemas, saber retirarse, calmarse, defenderse), reconocer más de un punto de vista como válido, encontrar soluciones que funcionen para más de una persona, reparar los errores (reconocer el propio error, pedir perdón, buscar juntos una solución).*

Yo creo que tener hermanos es un regalo, es una relación y una conexión que no tendrán con otra persona. Como todo, está la parte más bonita y la menos bonita, pero eso es parte de la vida. Así que, como tal regalo, no lo estropeemos!!! Dejemos que florezca en su transcurso natural y disfrutémoslo como espectadores, desde cerca pero sin influir de manera negativa.

*Disciplina positiva, Lynn Lott y Jane Nelsen. Hermanos, no rivales por Adele Faber y Elaine Mazlish. The tale of the second mother por Ed Janoe y Barbara Janoe.